A veces, uno, tan solo se detiene en éstas monumentales e históricas ciudades europeas, a contemplar lo magnifico, lo “civilizado”, el monumento al rey, los arcos, las grandes construcciones. Sin embargo, existen otros detalles, otras construcciones, menos publicitadas, más comunes, hasta tal vez, ni siquiera contempladas
Benjamín decía que poco importaba no saber orientarse en una ciudad …en cambio, perderse, requería aprendizaje. Pues, en ese ir y venir, a veces, no solo hay que inclinar la cabeza en dirección al cielo, para admirar lo monumental, o voltear a mirar el letrero que indica la gran explicación. Baste a veces con que uno de a ratos incline la cabeza y encuentre detalles coloridos, maravillosos, que imantan nuestra atención; o, comenzar a caminar, buscar tal vez, un referente.
Es decir, no solo dirigir nuestra mirada al ras de nuestra exacta estatura, donde ubicamos depende de las cualidades de nuestra vista, el mapa que marca las líneas, las curvas, las alturas, o las calles a seguir.
en nuestro convite, nada más que el Sena y de a ratos, ir salteando, puente, calles internas, puente, calles internas …
En el paisaje, La torre, inmensa, bellísima, imposible de acceder. Notre Dame y sus gárgolas, Notre Dame, y sus colores, Notre Dame y sus creencias.
tal vez, podemos atender, solo por curiosidad a algún nombre de calle, como para guardarnos, algún detalles pintoresco de nuestro entretenido extravío-paseo.
Pero la meta es: perdernos, extraviarnos, que la ciudad sorprenda.
Así encontré los colores parisinos…así encontré en una venta de libros, un libro de Sartre en francés, las postales del Mouling Rouge; el Pont des arts. Representación Cortazariana de un viaje entre la ciudad y el amor, entre la bohemia, el exilio, y el difícil modus de construcción de las relaciones humanas. Paris/Argentina, Argentina/Paris, música, debates intelectuales, la simpleza de la Maga, la complejidad de Oliveira.
La Sorbona, gran monumento al saber, pero al voltear, perdidas, unas fotos gigantes sobre las barricadas del 68’.
El cementerio donde existe un mapa para hallar los miles de músicos, escritores, filósofos, científicos, etc, que pueden encontrarse; el Paris de Louvre, y del Museo de Orsay, pero también, entrando en diferentes recovecos, una muestra de fotografías en miniatura de la vieja Paris, el Paris que vio mucho, que escucho mucho, el Paris de los pasajes, de la revolución, el Paris bajo el agua, el París del mayo, el Paris de Julio, el Paris de muchos.
El Paris, je t'aime
O el Paris, en el que, simplemente, me extravié …
Lagrima Luna
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